Descripción
El salmo 18 es magnífico. Despliega el cántico silencioso de los cielos en honor de Dios, canto cuyo héroe es el sol. Como tal no está presente en la liturgia de la Navidad, pero su simbólica solar, enriquecida con un matiz nupcial, se encuentra en numerosas oraciones y poemas, desde el prólogo del evangelio de san Juan hasta la actualidad, pasando por las grandes homilías del siglo IV: el Cristo luz se hace hombre y es exaltado.
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