Descripción
El 29 de marzo de 2010, en el marco de una audiencia privada, Benedicto XVI confió a Rino Fisichella, a la sazón obispo auxiliar de Roma y rector de la Pontificia Universidad Lateranense, una tarea que, en su formulación aparentemente sencilla, habría desconcertado a cualquiera: la presidencia de un dicasterio para la «nueva evangelización» del mundo occidental. Un desafío que monseñor Fisichella aceptó con el entusiasmo y la responsabilidad de quien ha pasado treinta años de su vida estudiando, enseñando y escribiendo acerca de cómo presentar el cristianismo al hombre de hoy.
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